Queridos incondicionales del Sentimiento del Conocimiento, como de costumbre vamos a publicar un nuevo capítulo en nuestro querido blog, para adentrarnos en el mundo de la mitología japonesa, en nuestro país la mitología se la lleva nuestro actual presidente que ha tenido que coger cinco días de reflexión porque la ultramegaderecha se está metiendo con él y eso no puede ser. Aparte de política, también hay que decir que en el fútbol, por ejemplo, ha ganado el campeonato de nuevo el Real Madrid (y van 36 ligas de España), y en música hay un grupo muy interesante llamado Celtian que tiene un disco nuevo conceptual llamado: "secretos de amor y muerte" (increíble la voz de Raquel Eugenio)...pero ahora nos vamos a la "Tierra del Sol Naciente". ¿Estáis listos, listas, listes, listus, listis, lustros? pues vamos allá...
Para empezar hay que decir que la "mitología", es un sistema complejo de creencias. El panteón Shinto por sí solo se compone de una colección numerosa de «kami» (dioses o espíritus en japonés). A pesar de la influencia de la civilización china antigua, hay partes muy importantes de la religión y mitología japonesa que son únicas. Contiene tradiciones Shinto y budistas así como creencias populares agrícolas. Por otra parte, a diferencia de la mitología griega, nórdica y egipcia, es relativamente difícil distinguir cuál es verdaderamente un "mito" para los japoneses. Los mitos japoneses convencionales se basan en el "Kojiki", en el "Nihonshoki" y algunos libros complementarios. El Kojiki que literalmente significa "registro de cosas antiguas" es el libro más viejo reconocido sobre mitos, leyendas y la historia de Japón, y el "Nihonshoki" es el segundo más antiguo.
El "Shintoshu" explica orígenes de deidades japonesas desde una perspectiva budista, mientras que el "Hotsuma Tsutae" registra una versión diferente sobre la mitología. El resultado notable de la mitología japonesa es que explica el origen de la familia imperial, y les representa como descendencia divina. La palabra japonesa para Emperador en Japón, "tennõ", significa "soberano celestial". Muchas deidades aparecen en los escenarios de la mitología japonesa, muchos de ellos tienen múltiples alias y además algunos de sus nombres son muy largos. Aquí se muestran los más prominentes, y en su forma abreviada. Por ejemplo Ninigi proviene de Ame-Nigishikuni-Nigishiamatsuhiko-Hikono-no-Ninigi-no-Mikoto, se puede abreviar también como: Hikoho-no-Ninigi u Hono-Ninigi. Otras sílabas se modernizan como sigue:
zi y di están modernizados como ji. (La distinción despararece).
zu y du están modernizados como tsu. (La distinción desparece).
oo está modernizado como o u oh.
Después de la creación de los cielos y la tierra, en "Takamagahara" nacerían los "Kotoamatsukami" y los siete dioses de "Kamiyonanayo" (los dioses de los cinco pilares que aparecieron en el momento de la creación de los cielos y la tierra). Estos primeros dioses convocaron dos criaturas divinas a la existencia, el "macho Izanagi" y la "hembra Izanami", y les encargaron la creación de la primera tierra. Para ayudarles a realizar esto, se les dio a Izanagi e Izanami una lanza decorada con joyas, llamada "Amenonuhoko" (lanza de los cielos).
Entonces, las dos deidades fueron al puente entre el Cielo y la Tierra, "Amenoukihashi" (puente flotante de los cielos), y agitaron el océano con la lanza. Cuando las gotas de agua salada cayeron de la punta de la lanza, formaron la isla "Inoioro" (auto-formada). Descendieron del puente de los cielos e hicieron su casa en la isla. Ya que deseaban unirse construyeron un pilar llamado "Amenomihashira" y alrededor de él levantaron un palacio llamdo "Yahirodono" (la habitación cuya área es de ocho brazos). Izanagi e Izanami giraron alrededor del pilar en direcciones opuestas y cuando se encontraron, Izanami, la deidad femenina, habló primero con un saludo. Izanagi pensó que esta no era la manera apropiada, sin embargo se unieron de todos modos. Tuvieron dos hijos, "Hiruko" (infante del agua) y "Awashima" (isla de burbujas), pero fueron mal hechos y no se consideraron dioses.