¿Cómo ha comenzado el verano blogueros?, esperamos que bien, y desde el SDC debemos apuntar que: «de lo que se come se cría» dice un refrán muy usado en nuestro querido país, y relacionado con el capítulo de este maravilloso mes de junio...¿habéis probado el nabo?, ya se sabe que tiene un doble sentido, pero en esta ocasión vamos adentrarnos en el estricto, es decir, en un producto muy saludable y recomendado para el equilibrio en nuestra alimentación...
El nabo o brassica rapa var. rapa, es una raíz comestible de la planta de la familia de las crucíferas, la misma familia a la que pertenecen otras verduras de invierno como el brócoli, la col o repollo, la coliflor, la rúcula, la mostaza o los rábanos. Todas estas verduras tienen la característica de que son ricas en un tipo de componente medicinal, los glucosinolatos o tioglicósidos. Esta sustancias son responsables del sabor picante y amargo que estas verduras tienen en crudo. Nutricionalmente, los nabos comparten algunas propiedades con las verduras.
Proporcionan agua (las verduras son hidratantes), son ricos en fibra, hidratos de carbono, vitaminas C, ácido fólico, antioxidantes, minerales (en especial potasio, magnesio, calcio y oligoelementos). En el cuerpo, los glucosinolatos tienen efectos antioxidantes y anticancerígenos. Por ejemplo, el consumo habitual de nabos y otras verduras crucíferas en la dieta se relaciona con la prevención de muchos tipos de cáncer. Comparado con otras crucíferas, los nabos tienen uno de los porcentajes más altos en glucosinolatos.
Esto los convierte en alimentos indispensables para dietas contra el cáncer. Comer ensaladas con nabo crudo rallado resultará muy beneficioso para obtener estos componentes, que se conservan mejor en crudo. Está demostrado científicamente que una dieta en crucíferas, como el nabo, tiene efecto protector frente a diferentes tipos de cáncer como el de mama, pulmón, colon, recto y próstata. Las ensaladas con nabo, aliñadas con aceite de oliva virgen, son una excelente comida anti-envejecimiento prematuro.
Esto es debido a su contenido en antioxidante, selenio y vitamina E (presente en el aceite). El selenio es un mineral antioxidante que estimula el sistema inmune, protege las células de los agentes externos y previene enfermedades degenerativas. También se menciona habitualmente que el nabo tiene propiedades desintoxicantes, esto es debido a que resulta muy diurético. El nabo sigue apareciendo en algunos tratados como anti-vinoso. Este alimento se recomendaba de consumir en personas con adicción al alcohol para ayudar a eliminar los tóxicos del organismo.
Además de todo lo anterior, el nabo es un alimento tradicionalmente empleado en curas respiratorias por sus propiedades pectorales, que ayudan a tratar la congestión de pecho. Tiene propiedades diaforéticas, que aumentan el sudor, y ayudan a tratar estados febriles. Por su alto contenido en vitamina C son una ayuda para combatir infecciones. Tradicionalmente se elabora el jarabe de nabo para la tos: se prepara vaciando el interior de un nabo, formando una cavidad hueca en el interior.
Se añade la raíz (parte que se ha vaciado) rallada dentro. Rellenar con miel cruda y macerar toda la noche. Al día siguiente se toma la miel macerada, que tiene una consistencia muy líquida y sabor picante. Esta miel macerada constituye un jarabe natural que ayuda a calmar la garganta irritada y la tos, además de luchar contra las infecciones. Un producto natural muy recomendado y que puede resultarnos de gran ayuda tanto para prevenir como para mejorar en ciertas facetas de nuestra vida. Saludable ciento por ciento.
The properties of turnip...